Seguro que muchos de vosotros habéis oído hablar de una terapia en oncología, la electroquimioterapia, que tiene exitosos resultados en neoplasias no operables.

Aunque parece novedosa, hace ya muchos años que se utiliza tanto en medicina humana como en medicina veterinaria. Pero es en los últimos años  se está extendiendo su uso por las mejoras técnicas de los electroporadores y la mayor accesibilidad a ellos.

Empecemos por el principio ¿Qué es la electroquimioterapia? La electroquimioterapia es una técnica médica de tratamiento local que consiste en aplicar un campo electrico en la superficie seleccionada mediante unas agujas que se insertan en la zona del paciente que queremos tratar. Esta aplicación va a provocar que se abran poros en las células de esa zona, permitiendo la entrada de moléculas de quimioterapia (la bleomicina habitualmente que previamente ha sido administrada de manera intravenosa), cuyo tamaño es demasiado grande para entrar dentro de las células por sí solas.

Una vez dentro de la célula, gracias a la aplicación del campo eléctrico, estas moléculas de quimioterápico se mantendrán estables hasta que las células entren en división  (lo que ocurrirá pronto en las células tumorales) produciendo su muerte.

Dado que la molécula de bleomicina es demasiado grande para entrar de manera natural en las células, no producirá ningún efecto en el resto del organismo que no ha sido sometido al campo eléctrico, eliminándose por orina a las pocas horas sin generar efectos secundarios en la mayoría de los casos.

Y os preguntaréis…. ¿Y cómo se aplica el campo eléctrico?

Bueno, pues este campo eléctrico se aplica mediante unas agujas que se insertan en el paciente en la zona que hemos seleccionado. Estas agujas están conectadas a un electroporador, un aparato que es el que genera el campo de alto voltaje que permite la apertura de los poros en las células sólo en la zona que se encuentra entre las agujas.

Como supondréis, esta técnica resulta dolorosa y es por eso que se realiza bajo anestesia general de los pacientes, además de necesitar analgesia en los días posteriores al tratamiento, aunque la recuperación suele ser muy favorable.

¿Y en qué neoplasias podemos utilizar este tratamiento? Las opciones son múltiples y cada vez se están probando nuevos protocolos, pero los tratamientos tradicionales y que se utilizan en más pacientes son en tratamientos de lechos quirúrgicos de tumores con márgenes estrechos que por la razón que sea no se puede reintervenir (en los sarcomas es uno de los que más se utilizan), neoplasias orales de pequeño volumen no operables, mastocitomas (aquí depende de las características del mastocitoma y de su localización), carcinomas de células escamosas,…

Si quieres saber más sobre esta técnica te recomiendo este vídeo de mi canal de YouTube en el que entrevisto a Jorge Martos, oncólogo de Umavet con amplia experiencia en esta técnica que nos la explica con todo tipo de detalles.

La lista de neoplasias susceptibles a la electroquimioterapia es muy larga, pero para determinar si un paciente es apto o no para esta técnica, deberá ser estudiado en consulta por un especialista que decidirá, en función de la localización del tumor, el volumen de la neoplasia, la ausencia de metástasis y otros factores, si se trata de un paciente adecuado para que esta técnica tenga éxito.

¿Tienes dudas sobre algún paciente en el que creas que se puede aplicar esta técnica? Contacta conmigo para hablar de caso y solucionarlas.